Hoy doce
de agosto de 2014, hemos celebrado la
eucaristía en honor de nuestra señora la virgen de Fátima. Este mes se ha
adelantado un día por motivos de agenda parroquial.
Queremos
compartir con vosotros el evangelio de hoy, pues es muy hermoso:”En aquel
momento los discípulos se acercaron a Jesús para preguntarle: "¿Quién es
el más grande en el Reino de los Cielos?".
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.
Jesús llamó a un niño, lo puso en medio de ellos
y dijo: "Les aseguro que si ustedes no cambian o no se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Por lo tanto, el que se haga pequeño como este niño, será el más grande en el Reino de los Cielos.
El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí mismo.
Cuídense de despreciar a cualquiera de estos pequeños, porque les aseguro que sus ángeles en el cielo están constantemente en presencia de mi Padre celestial.
¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y una de ellas se pierde, ¿no deja las noventa y nueve restantes en la montaña, para ir a buscar la que se extravió?
Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, el Padre que está en el cielo no quiere que se pierda ni uno solo de estos pequeños.
El párroco
de San Nicolás nos ha dejado una bella homilía ,como acostumbra, nos hace ver las palabras del evangelio en nuestras vidas, nos ha hecho un recorrido
por las distintas peregrinaciones que van a tener lugar en nuestra parroquia,
desde el santuario de Fátima hasta tierra santa dejando muy patente que tenemos
que prestar atención a los pequeños y a fomentar el perdón , norma básica de
toda comunidad cristiana , que aunque hoy vivimos en una sociedad donde hay
personas con mucho poder, político, económico, social…. La grandeza del hombre
contrariamente no es ser el más importante, sino en el vivir con sencillez la vida,
como lo hace un niño con mansedumbre e
inocencia. El reino de dios no se adquiere, sino que es un don que hay que
recibir con sencillez, que amar a la persona perdida no es dejar de amar a los
demás, sino garantizarles el mismo amor si algún día se perdiesen, que la oveja
extraviada al igual que la persona necesita que alguien la valore y no la deje
morir, en definitiva que Dios no da a nadie por perdido y siempre busca y
siempre espera……
Después de
terminar la Santa Misa, mi marido y yo , recordamos la oración que pronunció el
Papa Francisco pronunció ante más de cien mil personas en la plaza de san
Pedro, sobre todo su último párrafo, os la dejamos para que la disfrutéis y la
recéis a ser posible en familia.
Oración que recitó el
santo padre a los pies de la Imagen de Nuestra Señora de Fátima ante más de
cien mil fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro el doce de
octubre del año 2013.
Bienaventurada María, Virgen de Fátima,
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
con renovada gratitud por tu presencia materna
unimos nuestra voz a la de todas las generaciones
que te llaman bienaventurada.
Celebramos en ti las grandes obras de Dios,
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.
Acoge con benevolencia de madre
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tú imagen
tan querida por todos nosotros.
que nunca se cansa de inclinarse
con misericordia sobre la humanidad afligida por el mal
y herida por el pecado, para sanarla y salvarla.
Acoge con benevolencia de madre
el acto por el nos ponemos hoy bajo tu protección
con confianza, ante esta tú imagen
tan querida por todos nosotros.
Estamos seguros que cada uno de nosotros es precioso a
tus ojos
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.
y que nada te es ajeno de todo lo que habita en nuestros corazones.
Nos dejamos alcanzar por tu dulcísima mirada
y recibimos la caricia consoladora de tu sonrisa.
Protege nuestra vida entre tus brazos:
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.
bendice y refuerza cada deseo de bien; reaviva y alimenta la fe;
sostén e ilumina la esperanza; suscita y anima la caridad;
guíanos a todos nosotros en el camino de la santidad.
Enséñanos tu mismo amor de predilección hacia los
pequeños y los pobres,
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.
hacia los excluidos y los que sufren, por los pecadores
y por los que tienen el corazón perdido:
reúne a todos bajo tu protección y a todos entrégales
a tu Hijo dilecto, el Señor Nuestro, Jesús.
Amén.